Hay una definición para las
películas tipo Scream, Sé lo que hicisteis el Último Verano o Leyenda Urbana que me encanta: películas
de adolescentes que se matan. Y realmente, podríamos decir que Vengadores: Arena es eso en su base, un
cómic de adolescentes que se matan. Sí, más influenciado directamente por una
mezcla entre el cine derivado de SAW
y sus “pruebas mortales” y los conflictos juveniles llevados al extremo del
asesinato que Los Juegos del Hambre
han vuelto a poner encima de la mesa, pero que tuvieron su máximo exponente en
la novela Battle Royale, que también fue llevada al cine, y que sirve de
inspiración directa al villano de esta historia, Arcade, a la hora de plantear
su nueva diversión.
Y
es que lo que nos trae Vengadores: Arena
es precisamente eso, un grupo de héroes adolescentes encerrados en una isla
trampa, diseñada por Arcade, y en la que deben matar o morir. Así, nos
encontramos un grupo de héroes dispar, procedente de varios frentes, todos
ellos con un punto en común: son secundarios procedentes de series canceladas o
que ya dejaron atrás sus mejores tiempos. Así, encontramos a Juston y su
Centinela, X-23, Tóxica, Temple y Reptil procedentes de la Academia Vengadores;
Nico y Chase de los Runaways; un personaje independiente, Death Locket; la
vieja gloria de turno encarnada en el clásico Darkhawk; Cammi, la antigua
compañera de Drax el Destructor, y un
grupo de chavales procedentes de una Academia Braddock que para mi es
desconocida, y con personajes no mucho más famosos: Nara, Junior Brit, Appex,
Cameron Bloodstone, Red Raven y Anacronismo. Todos ellos son secuestrados y
llevados a la nueva Isla Asesina de Arcade, para encontrarse con que deben
enfrentarse entre ellos y a la propia isla, que Arcade maneja con propiedades
que podríamos definir como casi divinas (tiene truco, claro, pero esa es la
especialidad de Arcade, los trucos… y las máquinas del millón para encerrar
superhéroes).
Dennis
Hopeless y Kev Walker, guionista y dibujante respectivamente de la historia,
nos presentan una narración sin tapujos,
tan violenta como podríamos esperar, en la que además de darnos una buena
ración de acción y enfrentamientos entre héroes, se intenta profundizar en ellos
(y en el propio Arcade), para darles motivaciones y trasfondos que puedan
acercarnos o alejarnos de ellos. Sabiendo posiblemente que el punto fuerte de
este tipo de argumentos está más en el ritmo que en cualquier otro
planteamiento, Hopeless trasmite un ritmo vibrante a los cómics, con una tensión
creciente, y un numeroso plantel de enfrentamientos entre héroes (que siempre
gusta lo de ver a los buenos darse de leches entre ellos). Junto a las trampas
de Arcade y la presencia de un psicópata entre los invitados… bueno, la trama
de Arena tiene muchísima acción y entretenimiento a patadas.
Después
de la masacre realizada en Academia-X por Kyle y Yost, esta serie nos demuestra
sin duda lo difícil que es ser adolescente en Marvel. Estas cosas no pasaban
cuando Spiderman era joven.
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