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lunes, 5 de septiembre de 2011

EL DANUBIO BAJO LA LUNA LLENA

Corre el año 1890 cuando Pier Francesco Orsini, Nehrab, Anthos y Luna Rivera recibían noticias del Cardenal Radu Bistri. El Cardenal les informaba de que un infame Ravnos, llamado Vladislav Taltos, había conseguido un libro en el que ellos podían estar interesados: el Incunabulum Kupalam, un viejo texto escrito por una cábala de humanos que parecían adorar al demonio Kupala. Radu les dijo que Taltos, llevado por un viejo impulso de venganza, planeaba sumir Viena en el caos, y había enviado copias de las primeras páginas del libro a los Tremere, la Mano Negra del Sabbat y a Drácula, para luego dirigirse con el libro a Viena. Llevados por la curiosidad sobre los que el Incunabulum Kupalam podría contener, los personajes aceptaron la recomendación de Radu Bistri de dirigirse a Viena y encontrarse allí con un viejo contacto suyo. Viena era una ciudad dominada por la Camarilla, con un Príncipe Toreador que mediaba entre los Ventrue Habsburgo y los Tremere, probablemente la mayor potencia en la ciudad de Viena.
                Acudieron a Viena, en el Café Elan, en la Ringstrasse, se encontraron entre ellos, poniéndose al día de lo que había pasado en aquellos años antes de entrar para encontrarse dentro con una sorpresa: el contacto de Radu Bistri era su antigua enemiga, Nova Arpad, antigua Príncipe de Medias, y actual Primogénita Ventrue de Viena. Nova les condujo a un reservado donde pudieron hablar en privado. Al igual que Radu, Nova consideraba que vampiros tan antiguos como ella misma y los jugadores, tenían que saber ponerse por encima de diferencias de secta y de política. Por eso, aunque eran Sabbat (Anthos estaba deslizándose hacia una independencia no oficial), Radu y ella habían pensado en ellos. Ya se habían interesado anteriormente en Kupala, y habían sobrevivido a varios enfrentamientos con Drácula. Nova les habló de la estructura de la ciudad, de los Vástagos importantes en ella, y de cómo la lucha por el Incunabulum Kupalam entre los Tremere, la Mano Negra y las Hachas de Drácula podría sumir Viena en el caos. Además, les había conseguido cartas manuscritas y selladas por el Príncipe Leopold, que les permitirían una cierta libertad de movimientos en la ciudad a pesar de pertenecer a la Espada de Caín.
                Tras hablar con la Ventrue, los personajes decidieron presentarse ante el Príncipe para agradecerle las cartas, acudiendo a la Ópera Imperial, donde el Príncipe Leopold asistía a una representación operística. Luna Rivera consiguió llevar a sus compañeros hasta el Príncipe, que confirmó su permiso para estar en la ciudad, al tiempo que les aseguraba que debían respetar sus normas y leyes, y no romper la Mascarada en sus dominios. Tras hablar con el Príncipe, los personajes trataron de averiguar quién podía estar al tanto de la llegada de Vladislav Taltos a Viena, por lo que buscaron a León, el Gangrel que custodiaba los jardines del Elíseo. Le encontraron cerca de Schobrunn, y allí el Gangrel les dijo que el Príncipe confiaba demasiado en sus Azote, el Nosferatu Vaclav Pentalegro, lo que hacía que la presencia de vampiros no controlados en Viena estuviera a la orden del día, pues aunque Vaclav era bueno en su trabajo, había demasiados vampiros en Viena. Siguiendo las pistas dadas por León, Luna y Nehrab se dirigieron al Ayuntamiento para hablar con Gustavus, el Chiquillo de Nova Arpad, que al parecer se había enfrentado a un grupo de Ravnos algunos meses atrás, mientras que Pier Francesco y Anthos se dirigían al Prater, donde se encontraban algunos grupos de gitanos. Gustavus se mostró desagradable con los personajes al reconocerles como los “invitados Sabbat” de su Sire, y explicó que unos meses atrás, algunos Ravnos habían intentado establecerse en el Prater, pero que Vaclav había acabado con ellos. Según Gustavus, no había ya Ravnos en Viena… pero sin embargo, Anthos y Pier Francesco no tardaron en dar con un viejo clan rumano, los Torenu, entre cuyos integrantes se encontraba una antigua aliada, Delizbieta. Delizbieta les contó la historia de Vladislav Taltos, criado por su Sire, Vassily Taltos en el odio a todo orden, y en especial a los Príncipes Ventrue, ya que consideraban que habían conspirado contra él y los suyos para evitarles tener su propio dominio en Transilvania. Pero los líderes de la Camarilla estaban equivocados. Según Delizbieta, Vladislav había llegado algunos días atrás a Viena, y una lectura de sus cartas del tarot les indicó que el Ravnos parecía haber caído víctima de sus propias manipulaciones. Anthos se marchó, pero Pier Francesco se quedó ese día con Delizbieta, empujados en parte por el Malkavian, que experimentaba su nueva tendencia a buscar la corrupción de lo que tenía a su alrededor.
                A la noche siguiente, Pier Francesco y Luna buscaron a Vaclav, pero al parecer el Azote había sido asesinado por humanos, que le habían estacado y dejado al sol, según les dijo León. Allí mismo fueron “asaltados” por un mendigo que les dio una dirección, hacia donde se dirigieron, descendiendo a las alcantarillas de Viena. Y en aquel dédalo de arquitectura increíble, se encontraron con el Primogénito Nosferatu, Alexander. El Nosferatu pretendía conseguir de ellos información sobre las defensas del Sabbat en Méjico, pero Pier Francesco lo Dominó, averiguando así que la Mano Negra había encontrado refugio en un cementerio de la ciudad. Mientras, Anthos y Nehrab acudían a la Capilla Tremere de Fortschritt, donde fueron recibidos por la bibliotecaria, la comtesse Augustine d´Erlette. Aunque vigilados, ya que se encontraban en el corazón del clan Tremere, y ellos pertenecían al Sabbat, la comtesse accedió a comentar con ellos las profecías que, según sus estudios, anunciaban que el despertar de Kupala precedía directamente a la Gehena. Por eso los Tremere querían impedir que el Incunabulum Kupalam cayera en manos de Drácula o la Mano Negra. Y mientras regresaban a su refugio, encontraron en el Danubio el cuerpo muerto de Gustavus, que al parecer había sido asesinado por la Mano Negra.
                A la noche siguiente, acudieron al cementerio, donde encontraron a varios Cainitas de la Mano Negra destruidos, mientras eran acechados por un viejo enemigo: Mitru, el antiguo Príncipe de Napoca, convertido en líder de los Hachas de Drácula. Los neonatos a los que estaba Abrazando la Mano Negra se alzaron en frenesí, provocando el Rotcherk de Luna, que salió del campo de Ofuscación de Anthos para ser atacada por los neonatos hambrientos. Mitru, sus Hachas y los neonatos atacaron a los personajes, acabando finalmente con la vida de Luna, mientras Mitru corría hacia la Iglesia de San Esteban, seguido por Pier Francesco, que saltaba de sombra en sombra, mientras Nehrab ayudada por Anthos , se recuperaba de sus heridad. Mitru saltó dentro de la Catedral, pero la Fe Verdadera del lugar hizo arder a una criatura tan inhumana, y salió envuelto en llamas, para caer ante Pier Francesco, que consiguió diablerizar a su antiguo enemigo. Así consiguió además averiguar que el Incunabulum Kupalam estaba dentro de la iglesia, protegido por el Arcanum, que ya había destruido a Vladislav Taltos.
                Pier Francesco dominó a los guardias, y consiguió que le lanzaran el libro, de modo que luego, encubiertos por Anthos, escaparon del lugar, llevándose el libro con ellos. Acordaron que Nehrab lo custodiaría, pero tras separarse, Anthos volvió sobre sus pasos y se hizo con el Libro…

2 comentarios:

Thanos_Malkav dijo...

¿Una lástima que Luna muriese verdad Mogg? Su pasado era más que interesante y hubiera contribuido a hacer más divertido a nuestro pequeño grupo...

Tomás Sendarrubias dijo...

Si, una verdader pena, Mogg... y mientras ella moría, nosotros estábamos calentitos y seguros en nuestra Ofuscación... una desgracia, Mogg, una desgracia...