No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

lunes, 11 de mayo de 2020

PRINCIPE DE NADA 1: AL PRINCIPIO FUE LA OSCURIDAD

The Darkness That Comes Before (The Prince of Nothing, #1)The Darkness That Comes Before by R. Scott Bakker
My rating: 5 of 5 stars

En España hablamos mucho de varios autores de novela fantástica contemporánea. Uno de ellos es evidentemente George Martin, Patrick Rothfuss, Joe Abercrombie, Andrzej Sapkowski, Brandon Sanderson... Pero creo que hay un par de ellos que no tienen el renombre que se merecerían. Uno de ellos, Paul Kearney, al menos ha conseguido ver publicadas sus dos historias principales completas en España, pero el otro... creo que Scott Bakker es el autor de fantasía épica más injustamente tratado en nuestro país (hablando de los grandes nombres de la literatura fantástica, no voy a entrar siquiera en los escritores españoles, que me da la risa). Y me pone negro ver que estamos esperando como si nos fuera la vida en ello que Rothfuss termine su historia de Kvothe (cuando ha conseguido que ya no debiera interesarle a nadie) y haya obras como la saga que Bakker empieza en Al principio fue la Oscuridad que no se hayan terminado de publicar en castellano... cuando es MEJOR que El Nombre del Viento o El Temor de un Hombre Sabio de aquí a Lima.

En fin. Bakker recurre en Príncipe de Nada a una historia oscura, llena de sombras, que se desarrolla en Eärwa, un mundo de ambientación premedieval y en el que hace dos mil años, los grandes imperios situados en el norte se vinieron abajo tras el surgimiento del No-Dios y sus seguidores, el enigmático Consulto. Muchos han olvidado ya el Apocalipsis, o prefieren no pensar en él, pero entre las escuelas de hechiceros, una de ellas, el Mandato, siguen siendo los herederos espirituales del último rey del norte, Anasurimbor Celmomas, y sobre todo de su hechicero, Seswatha, que murió en el Apocalipsis, pero cuyos recuerdos y vivencias llegan a los miembros del Mandato convertidos en sueños. Ahora, un descendiente olvidado del último rey norsirai, Anasurimbor Kellhus, de la orden monástica de los dunyainos (muy desagradables, se esfuerzan por ignorar las emociones y leer los rostros para utilizar a todo el mundo, aunque con una filosofía muy interesante), ha comenzado a recibir sueños en los que su padre le pide que se reúna con él en Shimeh, la Ciudad Santa... Justo en el momento en que el Shriah de los Mil Templos, Maithanet, ha decidido llamar a una Guerra Santa para recuperar la ciudad, que se encuentra en manos de los Fanim y sus hechiceros herejes, los cishaurim.

Como veis, la relación entre Príncipe de Nada y las Cruzadas es evidente, con identificaciones fáciles. Shimeh es Jerusalén, el Shriah el Papa, Sumna es Roma, Momemn es Constantinopla, los Fanim son los musulmanes, los Inrithi son los cristianos, etc... Pero más allá de esto, al margen de la identificación histórica, Bakker va mucho más allá y hace todo un trabajo de filosofía que despliega en este mundo de fantasía oscura con protagonistas de lo más inusuales. Achamian Drusas es un espía del Mandato, cuarentón y fondón pero capaz de hacer arder medio mundo con su Gnosis; Esmenet, una prostituta enamorada de Drusas y que decide huír de Sumna y seguir a la Guerra Santa; Cnaiür urs Skiotha, un bárbaro scylvendio seguidor del No-Dios que decide llevar su venganza personal contra Anasurimbor Moenghus, el padre de Kellhus, para lo que decide unirse a la Guerra Santa y que convierte a Logen Nueve Dedos o Khal Drogo en educados cortesanos... y por supuesto, Anasurimbor Kellhus, el dunyaino que intentará convertir la Guerra Santa en su arma personal para encontrar a su padre... Y todo esto, mientras después de dos mil años, el Consulto comienza a mostrarse de nuevo, haciéndose con posiciones de influencia en todo el mundo...

¿Y es que quizá se esté acercando el Segundo Apocalipsis?



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