LUCIFER: LA CASA DE LAS SALAS SIN VENTANAS

 

Lucifer: La casa de las salas sin ventanas, 2 by Mike Carey
My rating: 4 of 5 stars

Seguimos adelante con el Lucifer de Mike Carey, y lo hacemos con el que fue su segundo arco, La casa de las salas sin ventanas, y reconozco que en su momento, este arco me dejó completamente loco, ya desde el título. Soy así de raro, qué le vamos a hacer. En fin.

La casa de las salas sin ventanas continúa directamente Seis cartas sobre la mesa. Después de consultar a los Basanos y salvar a Elaine Belloc, Lucifer sigue las instrucciones que le dieron las cartas sobre su futuro, y para ello, sabe que debe recuperar sus alas. En la introducción de Seis cartas sobre la mesa habíamos visto que Susanoo no-Mikoto, el dios de las tormentas al que conocimos en The Sandman (en Estación de Nieblas, cuando acudió a Sueño para pedir que entregara el abandonado Infierno a los dioses nipones y que terminó siendo suplantado por Loki para escapar de su encierro en Hel) acudir a Remiel para "comprar" las alas, que se habían quedado allí después de que Sueño ayudara a Lucifer a cortárselas. Así que Lucifer debe deshacerse de su inmortalidad y adentrarse en las tierras de los muertos de Japón, los dominios de Amaterasu. Y no solo debe llegar allí, si no hacer frente a las manipulaciones de Amaterasu (que aquí aparece como una silente estatua de piedra, aunque se las apaña para trasladar a sus hijos la mala baba que tiene), pues las estancias de las salas sin ventanas esconden secretos que ni siquiera los ojos del demonio debería conocer, y entre los planes de Amaterasu quizá esté la propia destrucción de la Estrella de la Mañana.

Pero no es lo único que ocurre en este arco, y es que recordemos, Lucifer ha dejado bajo el Luz una puerta abierta a otro universo, realizada con la carta de paso que le dio Dios como pago por su confrontación contra los dioses silenciosos en The Morningstar Option. Y aunque la presencia del portal no es pública, va a comenzar a atraer a aquellos con cierta sensibilidad, o tendencia al nihilismo. Personajes como Constantine o el Doctor Mist se pasan por aquí, pero los más atrevidos serán los Jin En Mok, unas criaturas que toman la forma de aquello que devoran (realmente perturbadoras y que el dibujante Peter Gross dibuja con todo lujo de detalles espeluznantes), y que están decididos a hacerse con el control de la puerta... y solo va a estar Mazikeen para poder impedírselo, aunque la Lilim contará con la inesperada ayuda de la casualidad y Jill Presto... aunque quizá hablar de casualidad con la encarnación de los Basanos no sea lo más adecuado.

La casa de las salas sin ventanas es una lectura divertidísima, con unos diálogos ágiles e ingeniosos que nos permiten disfrutar del gran trabajo de Mike Carey, con escenas inolvidables (esa aparición del demonio Shiko-Me hablando de su "pozo perfumado" me parece épica), y un dibujo que, si bien no es espectacular, es más que apropiado para la historia que están contando. Una gran historia.

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