Lo primero que tengo
que reconocer en este post, y antes de que me caigan hachazos por todas partes
es que Alan Moore nunca ha sido santo de mi devoción. A pesar de que Watchmen es una de mis lecturas
favoritas, V de Vendetta me aburrió
muchísimo; y aunque he leído un par de veces su etapa en La Cosa del Pantano y es magistral, me suelo indisponer de
inmediato contra los autoproclamados Mesías. Y Moore ha dicho demasiadas veces
que después de su trabajo, el cómic de superhéroes estaba muerto.
ECC publicó no hace
demasiado un tomo con los mejores trabajos de Alan Moore para DC, y estas
navidades, Marco (orientado por Oneyros), me ha regalado este tomo, que tenía
dentro algunas historias que la lectura del Supergods
de Morrison me había inclinado a leer. Es lo que tiene tener alrededor a los mejores amigos, la mejor pareja... que terminas teniendo en tus manos lo mejor del mundo. Y una vez leído, tengo que rehacer parte
de mis opiniones sobre Moore y su obra… que no sobre su persona.
Y es que las ideas de
Moore son absolutamente brillantes. Y evidentemente, esas ideas han marcado el
futuro del mundo del cómic hasta el día de hoy y seguramente mucho más allá. En
este tomo, nos encontramos varias historias relacionadas con Superman, Batman,
La Cosa del Pantano, Flecha Verde, los Green Lantern y el Vigilante, números
sueltos o pequeñas sagas en las que de una forma o de otra la narración y las
ideas de Moore destacan. Vemos a un Superman envenenado ser salvado por la Cosa
del Pantano sin saber siquiera que lo ha sido, vemos al Vigilante enfrentarse a
un violador de menores ayudado por una prostituta, o vemos una historia en la
que el perverso enemigo de Batman, Clayface, se enamora de un maniquí.
Las historias son
realmente fabulosas.
De entre ellas, tengo
que destacar algunas… o comentar casi todas.
El tomo se abre con Para el Hombre que lo Tenía Todo, una
historia de Superman en la que Mongul ataca al Hombre de Acero utilizando una
Piedad Negra, una flor parasitaria que se alimenta de su víctima, al tiempo que
le suministra una droga que le hace imaginar que se cumplen sus más profundos
deseos. Así, con Para el Hombre que lo
Tenía Todo, Moore hace una revisión de un Krypton exaltado y con un fuerte
conflicto entre ciencia y religión, muy lejos del Krypton aséptico y frío que
impondría Byrne tras las Crisis. Vemos a un Kal-El casado y padre, y a un
Jor-El furioso con el mundo tras la muerte de Lara y tras verse marginado al
fallar sus predicciones sobre la descripción del planeta. Si bien el
enfrentamiento entre Batman, Robin y Wonder Woman contra Mongul para liberar a
Superman es bastante sencillo, la historia que transcurre en la mente de
Superman es reveladora, y nos muestra que, incluso en sus propios deseos,
Superman es excepcional.
Tras esta historia
sobre Superman, el tomo nos presenta Olimpiadas,
una historia corta en dos partes sobre Green Arrow que nos muestra dos cosas
sobre Moore. Lo primero, su empeño en aquel momento de los 80 por mostrarnos en
enfrentamiento entre los héroes y el hombre de la calle, y así define al
villano del relato, un hombre corriente, al que simplemente se le da bien
manejar un arco. Lo segundo… narrativamente es probablemente la historia más
pedante que he leído nunca. El historia es sencilla, pero el guión parece
inflado, exageradamente pomposo… Y es algo que creo que también caracteriza a
Moore, el aire de tragedia griega que transmite en muchas de sus obras.
Otro de los relatos
que incluye es un número de la colección Swamp
Thing, y aunque sin duda yo hubiera elegido alguno de los que formaban
parte de American Gothic, en esta
selección se ha incluido una historia en la que Superman (el Superman
Pre-Crisis, no lo olvidemos), se ve contaminado por un hongo kryptoniano, y
acude lejos de todo para morir. Curiosamente, lejos de todo significa en los
pantanos de La Cosa del Pantano, que ayuda al Hombre del Mañana, profundizando
en esa conversión que significó el trabajo de Moore en la colección, la
transformación de esta criatura en un elemental de la vegetación, capaz de
ayudar a Superman a vencer la infección de este hongo rojo kryptoniano.
Para cerrar este
primer post sobre este tomo de Moore, quiero hablar de El Día del Padre. Se trata de una historia de un personaje
secundario de DC, el Vigilante, la identidad secreta del fiscal Adrian Chase,
convertido en un justiciero de los de pistola en mano. La versión DC de
Punisher nunca fue uno de mis personajes favoritos, ni siquiera un personaje considerado,
pero creo que es la historia que más me ha sorprendido de todo el tomo, por la
brutalidad de su historia. En El Día del
padre, Adrian Chase debe buscar a un secuestrador pedófilo y asesino, y lo
hace acompañado por una prostituta traficante de hachís, convertida finalmente
en ejecutora de una versión radical de la justicia.