Después de acabar con los guardianes del Corredor del Crepúsculo, decidieron explorar las salas secretas que Clavis había encontrado tras una estatua, y que les llevó a la base de la torre del Refugio Perdido, donde se enfrentaron a una pareja de Shadar Kai y un can del infierno antes de poder acceder a la escalera que conducía al nivel superior. Mientras Ailyn y Balduin custodiaban los accesos, Ronna, Clavis, Bastian y Berenice accedieron al nivel superior de la torre, descubriendo que allí estaban los últimos supervivientes de la tribu del Colmillo Afilado. En la oscuridad de la sala, Ronna fue atacada por una especie de gran cocodrilo, que parecía custodiar a los hombres lagarto, La criatura reptiliana alcanzó a Ronna y Clavis, aunque finalmente entre ellos y Berenice consiguieron acabar con ella, que cayó muerta bajo la cimitarra del sacerdote de Lathander. Con su guardián muerto, los aventureros liberaron a los Hombres Lagarto, prisioneros de los Esclavistas de Shar, que les contaron que el resto de los suyos habían muerto como alimento de la criatura cocodrilo o habían sido enviados a un lugar llamado "El Monasterio", a través de un portal. Con los Hombres Lagarto libres y de vuelta a su hogar, los aventureros decidieron finalmente cruzar el portal oscuro y ver qué había al otro lado.
Con Berenice como cabeza de puente, Clavis, Bastian y Ronna cruzaron el portal, mientras Ailyn y Balduin custodiaban el refugio. Al otro lado, los aventureros descubrieron una sombría réplica del Refugio Perdido, en un plano sin luz en el que los objetos parecían brillar de una forma extraña y las sombras se arremolinaban por doquier. Sin duda, aquello era el Plano de las Sombras, el dominio de Shar, diosa de la Oscuridad. Explorando el exterior de la fortaleza, Berenice descubrió que se encontraban en una especia de isla rodeada por un río oscuro, con algunas linternas colgadas en los árboles, señalando un camino que conducía a un embarcadero, donde había un barco, el Necreme, con cuatro remeros esqueletos orcos, dirigidos por un Shadar-Kai. Después de reconocer su entorno en sigilo, Berenice regresó a Refugio Sombrío. Allí, mientras, Clavis había localizado una potente fuente de mal, y los aventureros duraban entre seguir el camino de luz hacia el embarcadero o explorar ese lado del Refugio, en el plano de las sombras. Finalmente, optaron por esta última idea, y rehicieron el camino que les había llevado a la torre en el otro lado del portal, accediendo así a la cámara de torturas del carcelero del Refugio, una criatura de las sombras llamada Yegherro, una especie de criatura lupina con seis brazos y cuyos dientes chorreaban veneno. Y allí, ante los ojos atónitos de sus compañeros, Clavis sufrió un ataque mortal por parte de Yegherro. Las garras de la criatura consiguieron penetrar en la armadura del sacerdote de Lathander, despedazándole y hundiendo sus colmillos en su cuello, quitándole la vida. Enfurecidos, Berenice y Ronna se lanzaron sobre Yegherro, y finalmente las flechas de la Elfa acabaron con la malvada criatura. Perplejos y rotos por lo que había ocurrido, tomaron los restos de Clavis, y cruzaron de nuevo el portal, donde fueron recibidos por Balduin y Ailyn. Allí, mientras fuera amanecía, la luz de Lathander brilló sobre Clavis, al ser su alma reclamada por el dios al que había servido. Junto al Refugio Perdido de Cormyr, prepararon la pira funeraria de Clavis, dejando su medallón en una de las estatuas de la sala del portal, y decidiendo adentrarse de nuevo en el Plano de las Sombras. Al cruzar el portal, entre los mundos, Bastian tuvo una visión de su aliado recién fallecido, convertido en un avatar de Lathander, en el plano de Elíseo en el que este moraba, indicándole que pronto deberian tomar una difícil decisión y que aún no habían concluido su misión en Ravenloft, el semiplano del Pavor....
De nuevo en el Plano de las Sombras, decidieron terminar de explorar la fortaleza, ascendiendo hasta lo que debía haber sido en algún momento un observatorio. Allí, después de hacer frente a dos elementales sombríos, descubrieron que en el exterior, el camino de luz que llevaba al embarcadero continuaba por el propio río, perdiéndose en la distancia y en una gran masa de agua pantanosa. Finalmente, se dirigieron hacia el embarcadero, y aunque planeaban asaltar el Necreme sigilosamente, el ruido de Ronna reveló su presencia, aunque los certeros disparos de Berenice y el ataque mágico de Bastian fueron tan rápidos que el Shadar-Kai no pudo hacer nada, muriendo antes de poder reaccionar. Mientras Bastian se hacía con el medallón de poder mágico que controlaba a los remeros no muertos, Berenice descubría que la barca era un transportador, y que había un superviviente en el fondo de la nave. El hombre se presentó como Kenzi, y era uno de los desaparecidos en Whelun, una de las víctimas de los Sharistas. Kenzi y Berenice tuvieron la extraña sensación de escuchar el ruido de un puerto, incluso gritos que decían "El Resistencia va a zarpar", aunque estaban lejos de cualquier mar que pudieran conocer. Aprovechando el tiempo para curarse y conocer algo más a su nuevo compañero, comenzaron a seguir el camino de luces, con los remeros muertos impulsando el Necreme... cuando las Brumas surgieron y les rodearon. Sorprendido, Kenzi vio a sus nuevos compañeros prepararse para hacer frente a algo, y cuando las brumas desaparecieron, se encontraban de vuelta en Ravenloft, en una ciudad que Ronna y Bastian ya conocían: Port d´Elhour, en la isla de Souragne.
Mientras recorrían la ciudad para comprar pociones y vender sus tesoros, explicaron a Kenzi lo que era Ravenloft y lo que hacían allí, así como las profecías de Hyskosa, y mientras, Ronna llamó la atención de una mendiga que le leyó la buenaventura y le indicó que su camino continuaba en el Resistencia. Soprendidos por la coincidencia, buscaron el Resistencia en el puerto, descubriendo que se trataba de un barco que partiría al día siguiente. Garvyn, el capitán del Resistencia, les aceptó como marineros, ya que en ese viaje no llevaban pasajeros, y al anochecer, estaban embarcados y preparados para partir hacia Valachan. Mientras trataban de adaptarse al barco, Bastian tuvo una extraña visión: una mujer vistani atrapada en una celda que le decía "para triunfar, primero debéis morir, esperad al Jinete sin Cabeza..." Justo antes de que al ver unos cascos de caballo y el destello de una guadaña, Bastian despertara...