The Private Eye by Brian K. Vaughan
My rating: 4 of 5 stars
Bueeno, pues lectura curiosa que a priori, probablemente yo no hubiera leído nunca, no entra dentro de las cosas que suelo leer, pero la vida da muchas vueltas, y mira por donde, hablando con un amigo me prestó este libro y todo "Y, el Último Hombre", en plan recomendaciones/monografía de Brian K. Vaughan. Y bueno, pues me lo he leído y...
Me ha parececido realmente interesante en todo: formato, trama, historia, narrativa... No le pongo la cuarta estrella porque es verdad que el dibujo de Marcos Martín nunca me ha gustado demasiado, pero ya os digo que aún así, el dibujo me parece muy chulo en este tomo. Empezamos por el continente: al parecer, The Private Eye comenzó como un proyecto destinado a su lectura en la pantalla del móvil, así que el formato que tiene es apaisado y con viñetas muy grandes, para que fuera posible y cómo leerlo de forma electrónica. Recopilado en papel es un tochazo, la verdad, y con el formato de tapa dura pesa bastante, y igual hasta no es del todo cómodo de leer. Pero el contenido... la verdad es que merece la pena.
The Private Eye se sitúa en un futuro cercano, de aquí a unos sesenta u ochenta años como mucho, y su premisa es que en algún momento, Internet explotó y provocó una "inundación", convirtiendo en públicos todos los datos de todo el mundo: comentarios, búsquedas, archivos... Así que en el momento en el que se desarrolla la historia, la nube ya no existe, y todo el mundo utiliza máscaras o identidades falsas que llaman "ónimos" para evitar que se revelen sus datos. La Prensa se ha convertido en una especie de fuerza militar que reemplaza al ejército, y se considera que los paparazzi son criminales, y funcionan realmente como detectives privados, buscando información más allá de la identidad que dan los ónimos. Y en ese trasfondo, The Private Eye nos cuenta una clásica historia noir, en la que el paparazzi, P.I, recibe un encargo de lo más extraño: una mujer le contrata para que investigue su historia previa. Pero el encargo y determinadas circunstancias que vienen de la mano de este, van a hacer que P.I se encuentre de pronto investigando sobre los planes de un tal Khalid DeGuerre, cuyos planes incluyen su propio cohete espacial, en la mejor tradición villanesca del pulp.
Y a partir de este arranque, Vaughan se marca una historia llena de adrenalina en un entorno visual muy atractivo y lleno de detalles muy chulos que permiten a Marcos Martín lucirse creando ónimos, vehículos voladores, etc.
En fin, lo dicho, no es un cómic que yo hubiera elegido leer, pero me alegro de haberlo hecho.
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