LESTAT EL VAMPIRO

 

Lestat el Vampiro by Anne Rice
My rating: 4 of 5 stars

Pues un paso más en mi vuelta a las novelas de Anne Rice, en esta especie de flashback literario en el que me he embarcado (y que voy a pausar de momento, que vienen cosas malazanas y de Red Key, pero que ya he preparado la Reina de los Condenados para seguir). Voy a ver si en esta ocasión me salen los colmillos, que en la primera lectura no lo conseguí.

Entrevista con el Vampiro había tenido como protagonista a Louis de la Point du Lac, el joven vampiro al que íbamos a acompañar durante buena parte del siglo XIX en su periplo por la no muerte, y habíamos conocido al odioso y malvado Lestat, el creador de Louis y de la pequeña Claudia, el vampiro caprichoso y malévolo al que Claudia prácticamente había destruido y que en el libro queda algo apartado hasta que reaparece en el Teatro de los Vampiros, ya como una criatura casi patética pero aun así capaz de ir sembrando la destrucción.

Pero curiosamente, ese mismo Lestat, ese vampiro malvado, se va a convertir en el auténtico protagonista de los siguientes libros de las Crónicas Vampíricas, empezando aquí, en Lestat el Vampiro. Desde su renacer en los años ochenta del siglo XX, y de boca del mismo Lestat, vamos a conocer la vida mortal y la inmortal del vampiro, el menor de los hijos de una familia de la pequeña nobleza de la Auvernia, en Francia, llamado al terreno de la interpretación y el teatro y convertido en una criatura de la noche por el misterioso Magnus, que después de convertirle en vampiro, se destruye, obligando a Lestat a tratar de aprender por sí mismo su nuevo estado, la historia de quién es y de lo que es. Y junto a Lestat, vamos a conocer a algunos de sus seres queridos, como su madre Gabrielle o su amigo y amante, el violinista Nicolas de Lenfent, pero también vamos a encontrarnos con otro de los personajes importantes de Entrevista con el Vampiro, Armand, al que Lestat había conocido mucho antes que Louis cuando Armand era una criatura muy diferente y en un mundo muy diferente.

Desde la campiña francesa a las calles de París, Nueva Orleáns o El Cairo, Lestat va a buscar las raíces de la historia de los vampiros, en un mundo que comienza a estar marcado por la Revolución Francesa y en el que Lestat se va a convertir en una criatura perturbadora, que va a tocar las vidas de todos aquellos con los que se cruza, desde los Hijos de la Noche que adoran a Satán en los subterráneos de París, hasta el mítico Marius, el vampiro con casi dos mil años de edad que custodia a Los Que Deben Ser Guardados, Akasha y Enkil, los padres de toda la estirpe vampírica. De este modo, también de mano de Lestat, vamos a conocer la historia de Armand y la del propio Marius, en unas historias dentro de la historia, que finalmente van a llevar al despertar de Lestat en la Nueva Orleáns de los años 80, y con un enloquecedor deseo de convertirse en un cantante de rock (si hubiera vuelto a la vida ahora, hubiera sido influencer)... con inesperadas consecuencias para todos los vampiros del mundo.

La verdad es que volver a leer a Anne Rice me ha llevado a tomar una serie de decisiones sobre mi lista de lectura (la he borrado, leeré lo que me apetezca en cada momento y sin presiones, leer no puedes ser una tortura), y me ha hecho disfrutar mucho, no sé si es porque las novelas son muy buenas o porque me recuerdan lo feliz que las leía cuando tenía catorce o quince años. Con sus puntos en contra (cada vez que Armand abre la boca y se pone filosófico aburre a las ovejas), me sigue pareciendo una lectura intensa, llena de pasión, llena de fuerza y de nuevo, de homoerotismo, incluso más que en Entrevista con el Vampiro. Anne Rice siempre fue defensora de la causa LGTBI (en aquel momento simplemente colectivo gay), y se nota muchísimo en lo que escribe, en esas relaciones entre Lestat, Nicolas, Marius o Armand, en esos abrazos, besos y caricias; e incluso en esta ocasión, da un paso más, llega a rozar el incesto en la relación entre Lestat y su madre, Gabrielle, la salvaje Gabrielle que siempre me ha recordado a los Gangrel de Vampiro: La Mascarada.

En fin, pequeña pausa, pero seguiré vampírico...

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