FACTOR-X: 60 A 70

 

Essential X-Factor, Vol. 5 by Louise Simonson
My rating: 3 of 5 stars

Pues último tomo de lo que vamos a definir como la primera etapa de la colección Factor-X, la que estuvo protagonizada por los cinco miembros originales de la Patrulla-X, y después de aquella larga sala de los Celestiales, que marcaría poco más o menos el fin de la etapa de Louise Simonson en la serie, llegarían estos últimos números, marcados por la presencia en los guiones de la serie de Jim Lee junto a Whilce Portaccio, que se convertía en nuevo dibujante regular. Y ojo, un Portaccio que me ha parecido de arranque mucho más interesante del que iba a llegar poco después, menos sucio y con menos rayitas por todas partes. Pero bueno, como decía, estos números, con epílogo de Peter David (que continuaría la serie pero con un espíritu y una alineación totalmente distinta), nos van a traer tres sagas, o dos y media, mejor visto. Por un lado, vamos a tener el afianzamiento de la relación entre el Hombre de Hielo y su nueva novia, Ópalo Tanaka, que, como era de esperar al ser pareja de un Hombre-X, nos va a mostrar aquí que su familia en Japón tiene vínculos con la Yakuza, y va a llevar al Hombre de Hielo y a Jean Grey a tener que hacer frente a una serie de samurais/yakuza/cibernéticos, enviados por el padre de Ópalo para recuperar a su hija (¿os suena a la historia de Lobezno: Honor? Es lógico, es igual). Después, en una de las sagas más importantes de la historia de los mutantes (quizá no en ese momento, pero sí por lo que iba a significar de cara a futuro), tendríamos un nuevo enfrentamiento entre Factor-X y Apocalipsis, esta vez con los Inhumanos de por medio, y presentando a un nuevo grupo de seguidores para Apocalipsis, los Jinetes de la Tormenta, relacionados con los Inhumanos, que actuarán como actores secundarios de esta trama, y que tuvieron poca relevancia editorial... Pero esta es la historia en la que el hijo de Scott y Madelyne, Nathan Christopher, se infecta con el virus tecnorgánico de Apocalipsis, y es enviado al futuro para ser curado, en manos de una mujer que se hace llamar Askani. En sí, el enfrentamiento con Apocalipsis es... bueno, pasable. Pero el tema del hijo de Cíclope va a ser retomado una y otra vez con giros argumentales, sorpresas, y una saga incluso dedicada a descubrir su identidad algo más adelante. Y por último, Factor-X se verá enlazado con la Patrulla-X, que se encontraba en plena Saga de la Isla Muir, resolviéndose todo lo relacionado con el Rey Sombra... Pero de eso, hablaremos en el volumen de la Patrulla-X.

Y con esto, pues lo dicho, fin de una larga etapa, fin de un proyecto que había nacido fuera del ala de Claremont y que había terminado bajo ella (en manos de su amiga y colaboradora Louise Simonson); y como todas las series de cierta duración, con sus claroscuros, sus momentos altos y sus momentos bajos. Y debo decir que para mí, lo mejor de Factor-X iba a llegar justo después, en su nueva encarnación con Peter David. Pero de eso ya hablaremos.

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