LOS CUATRO FANTÁSTICOS 362 A 376

 

Fantastic Four Epic Collection, Vol. 22: This Flame, This Fury by Tom DeFalco
My rating: 1 of 5 stars

Con este tomo, continuamos con la etapa de Tom DeFalco y Paul Ryan, y ya de primeras aviso de que me parece de lo más soso en cuanto a dibujo y guion de todo lo que he leído en 4F, y en este número, tenemos además la idea de cómo DeFalco y Ryan intentan modernizar los Cuatro Fantásticos, y lo hacen cogiendo lo peor de los 90 en cuanto a actitudes, y poniéndoles chaquetas y dándoles armas grandes, como ilustra la portada, con una Susan Richards con un uniforme imposible.

En fin, que mientras Johnny intenta superar todo lo ocurrido con Lyja con la ayuda inesperada de Spiderman, las investigaciones de Reed le llevan a descubrir otra dimensión paralela, el Intraverso, lo que conduce a que tanto Sue como Franklin sean secuestrados por las criaturas de esa dimensión, y Míster Fantástico, la Cosa y la Antorcha Humana terminen acudiendo a su rescate (ya con sus uniformes customizados con chalecos cromados), para enfrentarse con un nuevo villano, un tal Occulus (sí, utilizaba sus poderes a través de uno de sus ojos), que va a llevar a Franklin a una muerte aparente después de que el nuevo villano tratara de absorber sus poderes. Por supuesto, Franklin seguiría vivo y los 4F derrotarían a Occulus y volverían a su dimensión, cerrando el paso al Intraverso. Después de un número de relleno de Len Kaminski y Mark Bagley, los 4F se meterían de lleno en un crossover con La Guerra del Infinito, la historia cósmica que Jim Starlin y Ron Lim estaban construyendo para continuar El Guantelete del Infinito, y en la que DeFalco metería de lleno al equipo en pleno, dedicando un número a cada uno de ellos y enfrentándoles con sus dobles malvados venidos de la dimensión dominada por el Magus, y cuya consecuencia más directa sería el enfrentamiento de la Mujer Invisible con su alter ego malvado, Malicia, que terminaría marcando el carácter de Susan, que a partir de aquí se convertirá en un personaje chillón y malhumorado, que echa continuamente pestes por la boca, pero sin ningún sentido.

Y según acabó La Guerra del Infinito, DeFalco y Ryan se embarcaron en una nueva trama que implicaba a Lyja, pero también a Paibok el Energoskrull y el cazador Devos, que tenderán una emboscada a la Antorcha Humana en la Universidad Empire State, lo que provocará que este, al defenderse, utilice una llama Nova y queme todo el campus de la universidad, así que se convertirá en un objetivo buscado y tanto Marta Plateada y su Grupo Salvaje, como Spiderman, los Defensores Secretos del Doctor Extraño (que venían a ser los 4 Fantásticos que crearan Walter Simonson y Neal Adams, es decir, Hulk, Lobezno, el Motorista Fantasma y el propio Spiderman) y Matt Murdock se mezclaran en la historia, mientras el Vigilante Renegado Aron secuestraba a Alicia Masters y era detenido por el propio Doctor Muerte, que absorbía el poder de Aron y adquiría de nuevo capacidades cósmicas con las que amenazaba a Uatu. El Vigilante recurriría a los 4F, que tendrían esta vez la ayuda de una renovada Sharon Ventura, Miss Marvel, que había recuperado su aspecto humano, gracias precisamente a la ayuda del Doctor Muerte.

En fin, la sensación que me ha dejado la lectura de este tomo es la de estar leyendo un refrito de viejos éxitos de los Cuatro Fantásticos (el descubrimiento de la Zona Negativa, Muerte con el poder de Estela Plateada...), pero sin la gracia de las historias originales y simplemente buscando, como ya he dicho, adaptar los 4F a lo peor que habían traído los 90, convirtiendo a los personajes en versiones absurdas de Cable o el Castigador, y cambios que no pasaban de lo meramente estético, como el yelmo de La Cosa para cubrir la herida que Lobezno le había realizado en el rostro (curiosamente los otros puntos donde Lobezno ha podido alcanzar a la Cosa a lo largo de su historia sí curaron). En fin, una propuesta fallida que no parece llevar en ningún momento a ningún sitio interesante.

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