Hellstorm By Warren Ellis Omnibus by Warren Ellis
My rating: 3 of 5 stars
Una cosa que siempre me había llamado mucho la atención era que no terminaba de entender por qué en su momento desde Marvel no se habían seguido los pasos marcados por DC en la línea Vértigo. Personajes tenía, y de hecho, en los primeros 90 había habido un relanzamiento de las franquicias sobrenaturales con el evento El Ascenso de los Hijos de la Medianoche. Motorista Fantasma, Morbius, los Cazadores de Vampiros y los Redentores de Darkhold tenían chicha más que suficiente para haber iniciado un camino hacia la oscuridad, y lo mismo ocurría con Daimon Hellstorm, el Hijo del Diablo. Y de hecho, en su momento me pareció que con Hellstorm se daban unos pasos interesantes en este sentido. A mediados de los 90, Forum publicó una mini de seis números llamada Hellstorm: El Hijo de Satán, con guión de Rafael Nieves y dibujo de Michael Bair, y que en su momento, me resultó fascinante. Hellstorm había sido uno de esos héroes estrambóticos que habían surgido de la Marvel de los 70 y que había formado parte del desquiciado no grupo de los Defensores, incluso había pasado por las páginas de los Vengadores Costa Oeste en pequeñas apariciones, y había contraído matrimonio con la pintoresca Gata Infernal, Patsy Walker.
Pero Rafael Nieves y Michael Bair convertían a Hellstorm en una criatura oscura, desaliñada y violenta, aunque la serie no tuvo demasiado éxito, y en España se canceló en el sexto número, una historia de terror llamada Lisa que ponía los pelos de punta. Lo que yo no sabía es que en Estados Unidos la serie había continuado y había supuesto la llegada a Marvel del que sería uno de los más polémicos guionistas surgidos de Gran Bretaña, el controvertido Warren Ellis, que junto a Leonardo Manco, se encargaría de relanzar esta colección, y su etapa había permanecido inédita en España hasta ahora. Y sin duda, es lo más Vértigo que he visto en Marvel, y me ha recordado muchísimo a los primeros números de Hellblazer en manos de Jamie Delano, o algunas de las imágenes que Gaiman o Morrison tendían a utilizar en ese marco poético y siniestro que envolvía las obras de ese desembarco de autores británicos que había vivido el cómic americano. Ellis va a presentar un punto de ruptura y va a llevarnos a un Daimon Hellstorm que ha derrotado a su propio padre y se ha convertido en el señor del Infierno. Aunque mantiene a la Gárgola como compañero de Daimon, Ellis rompe con el pasado de Daimon, incluso saca del tablero a la propia Patsy Walker y presenta un nuevo interés romántico, una especie de guerrera gótica llamada Jeine Cutter. Junto a Jeine, Gárgola y el lider luciferino Anton Devine (obviamente inspirado en Anton LaVey), Daimon va a tener que hacer frente al Cielo y al Infierno, interviniendo en la guerra entre ambos para que la Tierra no caiga en manos de ninguno de los contendientes. Una historia oscura a la que el dibujo de Leonardo Manco le va como anillo al dedo, aunque debo reconocer que a mí me convence bastante poco, pero sí lo veo muy apropiado para la histioria que cuenta Ellis.
Además de esta etapa de Hellstorm, en el tomo vamos a encontrar la serie de cuatro números Druid, que también estaba inédita en España, y en la que Ellis y Manco repitieron la fórmula de Hellstorm para recuperar al Doctor Druida, un personaje secundario del universo Marvel que en los últimos 80 había pasado a formar parte de los Vengadores, y que había muerto no recuerdo muy bien si en los propios Vengadores o en Defensores Secretos. Druida había sido un personaje bastante... cantamañanas, por ser sutil, pero Ellis lo convierte en una criatura terrible, un heredero de los antiguos cultos druídicos (enfocados desde la parte más sangrienta de estos), y en el que recurre a otro secundario habitual del mundo Marvel, como es la sacerdotisa Nekra Sinclair, habitualmente relacionada con el Segador. Cuatro números muy Hellstorm, en los que Manco mantiene la costumbre de dibujar pocas camisetas y mucho pelo, trazos rápidos y diseños que recuerdan una extraña mezcla entre Sienkiewicz y Jae Lee, por nombrar dos autores que me vienen a la cabeza de golpe.
En resumen, el tomo no es demasiado brillante más allá de la labor experimental de trasladar el espíritu Vértigo a Marvel, y la curiosidad de ver cómo fue el primer trabajo de Ellis en el mundo Marvel. Pero es una experiencia de lectura interesante y que dudo que deje indiferente a nadie.
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