EL SHERIFF DE BABILONIA

 

El Sheriff de Babilonia, Volumen 2: Pum. Pum. Pum. by Tom King
My rating: 4 of 5 stars

Al final va a parecer que me llevo comisión, pero de verdad que no es así, pero el formato DC Pocket me parece un inventazo, y una forma más que económica de acercarse a obras que, quizá en otro caso, yo por ejemplo no hubiera leído, porque no forman parte de lo que habitualmente suelo leer. Y ese ha sido el caso de El Sheriff de Babilonia. Para empezar, admitir que lo que me atrajo de la serie sobre todo fue el equipo creativo. Tom King y Mitch Gerards son los autores de Mister Milagro, una de las mejores series de DC en los últimos años, y me gusta muchísimo el uso de Mitch Gerards hace de las viñetas, así que... ¿por qué no probar? Y la verdad es que merece la pena.

Resulta que Tom King antes de ser escritor fue agente de la CIA, y entre otros sitios, estuvo destinado en Iraq en 2004, después de la toma del país por EE.UU, y El Sheriff de Babilonia es, más o menos, una historia ideada según su experiencia allí (ni de coña me atrevería a decir que es biográfica). Así que ese va a ser el entorno, Iraq en 2004, con esa Zona Verde controlada por los EE.UU, Sadam Hussein ya muerto y el país revolviéndose entre buscar su propio futuro o aceptar los designios extranjeros... En este entorno, Henry Christopher, el protagonista de la historia, es un militar que se dedica a formar a futuros policías para Iraq, y que se encuentra repentinamente con que uno de sus reclutas ha sido asesinado. Sin que parezca que a nadie le importe, Henry va a intentar investigar qué ha ocurrido, y para ello va a contar con dos aliados y coprotagonistas, Safiyya al-Aqabi, una política que ha pasado años en EE.UU y ahora lucha por conseguir un gobierno independiente para Iraq, y Nassir, un antiguo policía de los tiempos de Sadam Hussein, que tiene cuentas pendientes con los americanos.

La investigación de Henry va a llevar a relacionar la muerte del joven recluta con una trama de terrorismo islámico y política internacional de lo más turbio, y donde, como es de esperar, nada es lo que parece.

Así que nada, una muy buena lectura, con un Mitch Gerards maravilloso.

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