LA MUERTE DE X

 

Death of X by Jeff Lemire
My rating: 1 of 5 stars

Pues he tenido otra recaída marvelosa, qué le vamos a hacer, y si en la última me leí las coles de mutantes desde el final de la etapa de Bendis hasta Patrulla X vs Inhumanos, pero me dejé fuera precisamente este evento y su preludio, pues he empezado por ahí. Así que nada, me he leído Muerte de X, con guion de Jeff Lemire y Charles Soule, y dibujo de Aaron Kuder... y sí, es tan malo como lo recordaba. Y eso que de Lemire la mayoría de las críticas siempre son positivas, pero creo que debería quedarse con sus cosas más hogareñas y lejos de los superhéroes, o al menos, del Universo Marvel. De Soule he leído menos, creo que alguna cosa suelta, por lo que veo se ha dedicado más a Star Wars... y me parece también maravilloso que se quede por allí.

Muerte de X se remite a un espacio de tiempo anterior al arranque de las colecciones Extraordinary X-Men, All New X-Men y la nueva temporada de Uncanny, con el descubrimiento de que las nieblas terrígenas desatadas por los Inhumanos sobre la Tierra son mortales para los mutantes, lo que descubren en una devastada Isla Muir, donde se encuentran con un montón de cadáveres que realmente son el mismo, ya que se trata del Madrox original y sus duplicados. En el viaje, Goldball enferma, Cíclope tiene algunos síntomas, mientras que las Cucos, Magik y Emma Frost no sufren ningún problema, de modo que parece que la exposición a las Nieblas Terrígenas afecta de forma distinta a cada mutante. Mientras Tormenta se reúne con Medusa y los Inhumanos para tratar el tema, Cíclope aparece proyectado por Emma y las Cucos en todas las mentes del mundo para acusar a los Inhumanos de traidores y mentirosos, lo que hace que arranque el conflicto entre Inhumanos y Patrulla-X, que se va a gestar en el encontronazo en Madrid (un Madrid con molinos de viento y que se parece demasiado en alguna viñeta a Tijuana, algo que quizá pudiera disculparse en 1960 cuando se situaba el hogar de El Águila en un molino de viento en Madrid, pero que ya en el siglo XXI y con imágenes y referencias de absolutamente todo en internet es bastante menos aceptable), por dónde va a pasar una de las nubes terrígenas.

Y más o menos este es el argumento de los cuatro números de Muerte de X, con la Patrulla y los Inhumanos llamando a refuerzos para que acudan a Madrid, mientras a Emma Frost le da tiempo sorprendentemente a organizar y tramar un montón de cosas. Y si bien el final de Muerte de X es, ciertamente sorprendente, la verdad es que está tan mal llevado y pervierte tanto la imagen que llevábamos un par de décadas ya haciéndonos de Emma Frost, que hace que ni ese final haga remontar una miniserie aburrida, poco cuidada, sin ritmo y carente del menor atractivo. Una de las peores etapas de los mutantes, sin duda.

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