DAPHNE BYRNE

 

Daphne Byrne by Laura Marks
My rating: 5 of 5 stars

Bueno, desde luego y si tengo que dar prioridad a una idea o una impresión de este tomo, es que hace mucho, mucho tiempo que un cómic no conseguía provocarme escalofríos. No, espera. ES LA PRIMERA VEZ QUE UN CÓMIC ME PRODUCE ESCALOFRÍOS. De hecho, anoche cuando llegó la hora de dormir no me dio ninguna pena cerrarlo y pensar "ya mañana si eso sigo... De día. Con luz."

Y cuando estás hablando de cómics de terror, esto es una auténtica hazaña.

Daphne Byrne es una historia que pertenece a la línea de cómics supervisada por Joe Hill, Hill House, y mantiene el formato de los tomos anteriores, una historia autoconclusiva de seis números (aunque en este caso quizá no sea la primera vez que vemos a Daphne Byrne), y esta vez toma el nombre de la protagonista de la historia, una muchacha de trece o catorce años que vive en la opresiva Nueva York del Siglo XIX. El padre de Daphne ha muerto recientemente en circunstancias poco claras pero vergonzosas, lo que ha provocado que la familia sea apartada socialmente, pero también les ha ido dirigiendo poco a poco a la ruina económica, mientras que la madre de Daphne, encuentra el consuelo por todas las pérdidas que ha sufrido en el mundo del naciente espiritismo... Pero Daphne sospecha que su madre está envuelta por timadores, y al mismo tiempo, va a comenzar a encontrarse con que lo oculto, lo paranormal, comienza a filtrarse en su vida en la enigmática figura del llamado "Hermano"...

Con esta premisa, Laura Marks y el dibujante Kelley Jones construyen una historia asfixiante, desalentadora y llena de momentos escalofriantes. Y no se trata de sustos, de la búsqueda del grito o el sobresalto, evidentemente eso, al igual que en libro, es imposible en un cómic. Se trata de hacerte notar un escalofrío y de mirar alrededor con cierta inquietud. Ese es el ambiente que consigue esta historia, donde cumple un papel espectacular Kelley Jones, que si bien no es el dibujante más siniestro o más oscuro del mundo, consigue crear una atmósfera completamente absorbente y cuajada de sombras y amenazas, tanto veladas como explícitas que me han recordado mucho a las series La Maldición de Hill House o La Maldición de Bly Manor, donde cada rincón, cada sombra, esconde un fantasma...

Inquietante, como poco.

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