Si hay un personaje emblema del
resurgimiento de Marvel de sus propias cenizas,
ese es sin duda Daredevil. El Hombre Sin Miedo fue el emblema del sello
Marvel Knights, y el único de los personajes que fueron remozados por Joe
Quesada y Jimmy Palmiotti que ha continuado con colección propia de forma
ininterrumpida hasta el día de hoy. Con el fin de las etapas de Bendis y
Brubaker y el crossover Tierra de Sombras,
Daredevil tuvo que vivir un reboot propio, y en Marvel Now, ese renacimiento
vino de mano de Mark Waid, uno de los mejores guionistas con los que el mundo
del cómic ha contado en los últimos años, que ha brillado especialmente en DC y
al que se han encomendado dos pilares de Marvel como son Daredevil y Hulk.
En
las librerías se encuentra ya el tercer tomo de este Daredevil: El Hombre Sin
Miedo de Mark Waid, con el título de Calor,
un pedazo de tomo que incluye ni más ni menos que 216 páginas de aventuras de
Matt Murdock, continuando las tramas del número anterior, con Daredevil en
posesión del Disco Omega (un sistema informático que contiene todos los datos
relevantes de una sociedad criminal llamada Megacrimen), y Foggy desconfiando
de la cordura de su más viejo amigo, con el hándicap añadido de que,
efectivamente, Matt sufre lo que parecen ser distracciones o alucinaciones que
le ponen en peligro, al tiempo que, como probablemente el ligón oficial del
Universo Marvel, comienza una nueva historia de amor con la fiscal del
distrito. Pero el Disco Omega atrae la atención de varias agencias que quieren
hacerse con el puesto de Megacrimen, y también de uno de los ministros del
Doctor Muerte, por lo que Daredevil se encuentra prisionero en Latveria, donde
el ministro de economía de este país decide hacerle pagar las pérdidas causadas
a su país por la intervención del Hombre Sin Miedo con Megacrimen, ya que la
agencia iba a comenzar a blanquear dinero a través del dominio de Muerte. Con
sus facultades disminuidas, Matt debe escapar de los hombres del Ministro
Beltane; sólo para encontrarse en el segundo arco del tomo, con que es víctima
de la persecución de un nuevo villano, el Coyote, la versión “actualizada” de
un viejo villano de tercera categoría… que es lo mejor de todo el tomo, ya que
la verdad es que da bastante miedito.
La
aventura del Coyote es bastante interesante (quizá un poco confusa al final),
pero la de Latveria tiene momentos en los que roza un poco el absurdo, y me
hace pensar que realmente, Waid no está cumpliendo como se esperaba con sus
tramas en Marvel. Tanto aquí como en Hulk le he visto bastante flojito, y quizá
los dibujantes que le acompañan no estén reforzando las tramas de Waid. En este
caso, se trata de un Chris Samnee con un dibujo bastante feote y de un Mike
Allred más sucio y menos llamativo que de costumbre.
La
verdad, esperaba un poquito más, tanto del guionista como del personaje.
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