LOS NUEVOS MUTANTES: 18 A 34

 

Los Nuevos Mutantes: Fiesta de Pijamas by Chris Claremont
My rating: 4 of 5 stars

Con el número 18 de Nuevos Mutantes, ocurría algo que marcaría la historia, no solo de la serie, si no del formato del cómic en general. Y es que en Nuevos Mutantes, los anteriores dibujantes de la serie, de corte bastante clásico, Bob McLeod y Sal Buscema, van a ser dejar espacio a un nuevo dibujante, Bill Sienkiewicz. Este había forjado su trayectoria en las páginas de Caballero Luna, con guiones de Doug Moench, y luego había pasado junto a este a los Cuatro Fantásticos en la época anterior a Byrne. Y si en Caballero Luna ya había realizado algunos experimentos con los lápices, y en 4F se había visto sujeto a la tradición (o quizá aplastado por las tintas de Joe Sinnot), a Nuevos Mutantes va a llegar como artista completo y con aparente carta libre para hacer de todo. Y con un Claremont por la labor, vamos a ver como Nuevos Mutantes se convierte en una historia un tanto experimental, espíritu que continuará con los artistas de la serie incluso después de la marcha del inimitable Sienki.

Y de hecho, la primera historia de Claremont y Sienkiewicz, la Saga del Oso Místico, va a adentrarse en el campo del terror, generando una historia de tensión y misticismo que se ha convertido en un icono de cómo contar historias, o al menos, de cómo ilustrarlas. Claremont y Sienkiewicz van a adentrarse en su primera historia conjunta en el pasado de Danielle Moonstar, que en algún momento de estos cómics va a dejar atrás el nombre código de Psique para tomar el de Espejismo. En varios momentos habíamos oído decir a Dani que sus padres habían sido muertos por un oso, pero aquí vamos a saber que ese oso no era ni mucho menos normal, y que era una criatura surgida de algún punto de algún infierno, el llamado Oso Místico, y después de fallar cuando intenta cazarlo y se encuentra entre la vida y la muerte en un quirófano, sus compañeros (Bala de Cañón, Mancha Solar, Loba Venenosa, Magma y Magik) van a tener que hacer frente a esa terrible criatura. Pero además, en estos números, vamos a tener a Warlock y Magus (los tecnorgánicos, no los cósmicos), la llegada de Rachel Summers a nuestro tiempo, o la unión al equipo de Doug Ramsey, que se unirá con el nombre de Cifra.

Después de la Saga del Oso Místico, tenemos la que da nombre a este tomo, la Fiesta de Pijamas, con la llegada de un confuso Warlock a la Tierra en medio de una fiesta de pijamas de las chicas de la escuela, y con cierto aire de película slasher de la época, con una amenaza (la de Warlock) a la que el equipo tiene que enfrentarse sin revelar sus poderes al resto de los presentes. Por cierto, aquí va a comenzar una tradición de Sienki, y es que durante toda su etapa, parece haber sido incapaz de dibujarle una camiseta a Sam Guthrie, Bala de Cañón, que se pasa medio desnudo casi todas las historias que están en este tomo. Con Warlock convertido en nuevo miembro del equipo, Claremont y Sienki recuperarán una historia que se había publicado en el número 100 de Spiderman y en la que Mancha Solar y Loba Venenosa habían sido secuestrados y convertidos en sujetos de pruebas de la misma droga que había convertido a Tyrone Johnson y Tandy Bowen en Capa y Puñal. En estos números, Roberto y Rahne comienzan a manifestar los poderes de Oscuridad y Luz de Capa y Puñal, convirtiéndose Roberto sobre todo en una amenaza para todos, lo que va a llevar a Coloso al coma y a que la propia Patrulla-X (o al menos el Profesor-X y Pícara, ya de vuelta de las Secret Wars), tengan que intervenir... aunque en estos números comienza a desarrollarse algo que ya habíamos atisbado en Secret Wars, y es que Magneto iba a dejar de ser un villano para pasarse al lado de los héroes, a través de una serie de escenas en las que el señor del magnetismo regresa a su isla en las Bermudas con Lee Forrester, el interés romántico de Cíclope previo a Madelyen Pryor y que se convertirá en... bueno, un rollo o algo así de Magneto.

Y después de esto, el equipo se dividirá en dos, con dos sagas diferenciadas. Mientras que Xavier, Espejismo, Loba Venenosa y Warlock acuden a Isla Muir en ayuda de Moira MacTaggert y Gabrielle Haller para hacer frente al despertar de los poderes mutantes del hijo de esta última (y de Xavier, como sabíamos todos menos el interesado), Bala de Cañón, Magik y Cifra (con la ayuda de Kitty Pryde y Dazzler) van a tener que rescatar a Magma y Mancha Solar, convertidos en prisioneros y luchadores de un grupo llamado Los Gladiadores. El primera de las dos sagas, la de Legión, va a llevarnos a la fracturada mente de David Haller, que tendrá el nombre código de Legión, y que mostrará grandes poderes mentales (telepatía, telekinesis, pirokinesis...), repartidos entre diferentes personalidades que incluso parecen contender entre sí por el control total de la mente de Legión. Y en el segundo, interrumpido en parte y de forma bastante molesta por las Secret Wars II, vamos a terminar asistiendo a la revelación de que el verdadero líder en la sombra tras los Gladiadores, no es otro que Karma, su antigua compañera, a la que daban por muerta desde su enfrentamiento con Víbora y el Samurai de Plata. Esto va a hacer que finalmente la totalidad del grupo se reúna para enfrentarse a Karma, con Tormenta como invitada, y con viajes en el tiempo y todo, y el descubrimiento de que realmente Karma no es sino la marioneta de un villano mucho más antiguo y poderoso, el mismísimo Rey Sombra, Amahl Farouk, al que Xavier se enfrentara muchos años atrás en El Cairo. Con esta historia, finalizaría la estancia de Bill Sienkiewicz en los lápices, aunque volverá más tarde para entintar a otros dibujantes.

¿Y por qué no se lleva cinco estrellas? Pues primero porque los cortes para Secret Wars II, que es un evento que siempre me dio mucha pereza, incomodan bastante. Y lo segundo, porque aunque Sienki es un ilustrador de morirte, igual como narrador puede resultar algo confuso en algunas ocasiones, lo que hace que algunos "finales" terminen siendo algo precipitados, e incluso más narrados que vividos. Aún así, creo que este tomo es lectura obligatoria.

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