LOS VENGADORES: 281 A 290

 

Los Vengadores: Campo de batalla, el Olimpo by Roger Stern
My rating: 5 of 5 stars

Y con este tomo, llegamos a los últimos números y al clímax de la etapa de Roger Stern, que se despide aquí de los Vengadores (de hecho, los últimos números, ya solo cuentan con argumentos de Roger Stern, los diálogos son de Ralph Macchio, que actúa un poco como interino mientras llega Walter Simonson para sustituir a Stern). Y Stern se despide a lo grande, con un pedazo de historia épica y frenética en la que además John Buscema y Tom Palmer dan un nivelazo perfectamente acorde a la historia que cuentan. Y es que, después de que Hércules fuera herido de gravedad por los Señores del Mal en el Asalto a la Mansión, los propios dioses olímpicos enviados por Zeus, van a llevarse a Hércules al Olimpo, y van a atacar a los Vengadores para aprisionarlos en el Hades, culpándolos por las heridas de Hércules. Esto va a coincidir con cambios en el propio equipo, y es que después de Asalto en la Mansión, el equipo estará formado por Hulka, el Capitán América, Thor, el Caballero Negro, el Doctor Druida y la Capitana Marvel, que además, será la nueva líder. La Avispa y Namor también se verán arrastrados al conflicto con los dioses olímpico, preparando así un nuevo cambio, ya que tras el enfrentamiento con los dioses, Thor y la Avispa dejarán el equipo, y Namor volverá a él, acompañado por su esposa, Marrina.

Y así, en la segunda parte de este tomo, en la saga Heavy Metal, el equipo tendrá que hacer frente a una amenaza liderada en principio por un villano de segunda, el Arreglador, al que habímos visto formando parte de los Señores del Mal de Zemo, pero que ahora va a volver a atacar a los Vengadores acompañado por una serie de villanos robóticos: el androide del Pensador Loco, un Centinela Kreee, Tess-1, y el Hombre Máqujna... aunque va a resultar que el propio Arreglador no es él mismo, sino el Super Adaptoide, una criatura mecánica creada por IMA, y que pretende acceder ni más ni menos que al propio Cubo Cósmico...

Y así, con estas aventuras, se cierra una etapa que probablemente (y sobre todo viniendo de donde viene, un montón de números donde parecía que no había orden ni sentido), sea de las más reconocibles de la historia de los Vengadores, tanto por alineación como por el fantástico tándem formado por Buscema y Palmer, que parecen dibujar a auténticos dioses, lo que por cierto, enfatiza la importancia del trabajo de Palmer, ya que en este tiempo más o menos John Buscema se haría también cargo de los Cuatro Fantásticos, pero bajo las tintas de su hermano Sal o del temible Joe Sinnott, y desde luego, parece otro dibujante completamente distinto.

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